Muchos empresarios aplican la ley de «si la competencia lo hace, pues yo…», exacto, yo lo haré ,también! Y lo cierto es que en muchos casos las malas decisiones o las muy apresuradas se replican como efecto dominó; es decir, todas caen en lo absurdo de no preguntarse antes si en realidad una «página web» es solo un fetiche como suelen tomarlo algunos para tener un brochure digital o un canal con capacidad de atraer visitantes, convertir leads, cerrar y retener clientes. El Web Marketing en su nivel más básico debería responder estas preguntas:
- Debe mi producto o merece este tener un canal web?
- Se integrará este a mi modelo de negocio fácilmente?
- Cuál tecnología usaré para construirlo y equiparlo?
- Lo podré integrar con otros componentes del negocio? CRM, Logística, Ventas?
- Quién y cómo se administrará este activo digital?
- Estará conectado con mi estrategia comercial?
- Cuáles metas le pondré?
- Le invertiré el tiempo y recursos necesario para lograr un ROI?